lunes, 1 de septiembre de 2008

Una pregunta...

Y bueno, tanto insistieron que al final te decidiste y vas a tener el segundo. También es verdad que un poco de ganas tenías. Y que a los 50 años debe ser más complicado quedar embarazada. Entonces vuelven las viejas preguntas: "¿Estás contenta?". "Mmsssseee... ¡berp!", llegás a responder en medio de una náusea que viene y se va. ¿Estoy contenta de estar embarazada?, te preguntás. No es seguro. ¿Estás contenta de tener un hijo? Sí, claro, pero para eso faltan unos cuantos meses.
Lo lindo de este segundo embarazo (aunque es posible sospechar que también puede ocurrir con el primero) es que se agrega otra pregunta: "¿Lo estaban buscando?". Primera respuesta, la que viene a los labios: "¿Qué te importa?". Segunda, más amable: "Y... sí... quedar embarazada de casualidad a los 38 años no es muy común...". Ahora, en serio, ¿de verdad les importa si te estabas tomando la temperatura uterina? ¿si tenías sexo día por medio? ¿si habías comprado un Evaplan? ¿Por qué hacen esta pregunta?

jueves, 24 de julio de 2008

La tía Coca

Como sostenemos en el libro de nuestra autoría, lo que debe aprender una madre primeriza no es a criar a su hijo sino a defenderse de los que le dicen, todo el tiempo, cómo debería criar a su hijo. Y es que las tías Cocas no descansan nunca: ellas son las que te dicen que el nene tiene hambre, que te tomó el tiempo, que no duerme porque estás nerviosa y que seguro que tu leche no le alcanza. Lo que pasa es que estas tías Cocas están muy preocupadas por vos. Todo el tiempo. De hecho, son las que te preguntaban cada vez que te veían cuándo pensabas tener un hijo. Claro que antes te habían insistido con la idea de que ya era hora de que te pusieras de novia y, muy poco después, hinchaba con el asuntito del casamiento. Muy bien: ahora tenés la criatura. Pero hay un problema: el pequeñín ya está grande, ¿y sabés que cree la tía Coca? Que ese nene necesita un hermanito. Así que, querida, a ver cuándo te ponés las pilas, no vaya a ser que hayas decidido tener un solo hijo, pobrecito. Y si elegiste esperar unos añitos para traer otro ser humano al mundo, la tía Coca no está de acuerdo. Sabelo. Porque te vas a poner muy grande. Lo mejor es ahora. Dale. ¿Se puede saber qué corno estás haciendo? ¿Por qué perdés tu tiempo en vivir tu vida cuando deberías estar concibiendo al hermanito? ¿Eh?

miércoles, 9 de julio de 2008

La mamá de todos

Si estás embarazada o tuviste un hijo, está claro que sos madre. O mamá. O mami. O mamita. Y no solamente de tu criatura, no. Sos mami para el verdulero, para la manicura y para la señorita que te toma la presión en la farmacia. “A ver, mami, ¿te podés correr un poquito así pasa la señora?”, te pide el colectivero. “Por acá, mami, subiendo las escaleras vas a encontrar el sector de rodados”, te explica la vendedora de cochecitos del negocio de cochecitos. Y si llegás a contestar algo así como “yo no soy tu mami”, te van a mirar raro. Porque no solamente sos la mami de todos, sino que además el solo hecho de ser madre te convierte, de inmediato, en una mujer tierna, paciente y tolerante. Y con una nueva virtud, en el caso de muchas: adorás a todos los niños de la tierra, no solamente al tuyo. ¿Y si resulta que a pesar de ser madre sos la misma loca de siempre? ¿Y si resulta que solamente tenés paciencia para tu hijo y algún amiguito que te cae bien y odiás al resto de los niños? ¿Y si decidís no usar enterito de jean y bolso con osos y te vestís de negro? ¿Sos mala madre, entonces?

miércoles, 2 de julio de 2008

Cumpleaños feliz y carísimo

Hay que organizar el cumpleaños. Cuatro meses antes, como mínimo. ¿Por qué? Porque el reino de los salones de cumpleaños para niños está tomado, reservado, ocupado. No hay lugar. ¡Pero si estamos en julio y el cumple es en noviembre! Le puedo ofrecer el martes de dos a tres y media. La industria de la fiestita infantil crece y crece y nada la detiene. Y los padres gastamos en función de eso. Porque podés probar hacer un cumple "como los de antes": en casa, una peli, unas gaseosas, unos chizitos, la torta y chau. Ja. Después de eso, conservar la casa, la calma y el amor del nene es prácticamente imposible. Es que los niños de hoy vienen seteados para cumpleaños en salón, con animador que grita al micrófono, comida chatarra, piñata, souvenirs y la mar en coche. Y que no falte nada porque alguno lo va a reclamar: "En el cumple de Nehuén no hubo piñata". ¿Y qué tiene? La mamá de Nehuén debe odiar las piñatas, ese momento en el que los niños se abalanzan sobre un puñadito de caramelos y al menos cinco terminan llorando y con las manos vacías. La conclusión, entonces: no hay escapatoria, hay que ponerse para que los niños pasen el cumpleaños igualito al de todos sus amiguitos. Y ojo con cometer alguna originalidad. Feliz, feliz en tu día.

viernes, 27 de junio de 2008

Respuestas rápidas a comentarios inoportunos II

Comentario con pregunta de cualquiera, de todos los que se consideren autorizados a opinar sobre una y su criatura: “Y la señora que lo cuida, ¿es de confianza?”.
Respuesta de una madre primeriza que quiere neutralizar a su oponente: “No, es una asesina serial y está en libertad bajo una fianza que le pagué yo”.

miércoles, 25 de junio de 2008

A llorar, mi amor


Así estamos. Así nos ven.




jueves, 12 de junio de 2008

Hoy no, nene, me duele la cabeza

Parece que cuando una pasa a ser madre, cambia todo. Pero todo. Hasta la personalidad. De repente, una mujer que prefería evitar a los niños, ahora debe adorarlos. A todos, no sólo al propio. Y, para colmo, tiene que jugar con ellos. ¿Para qué? ¿Acaso el nene no va al jardín? ¿No hay maestras que le juegan por lo menos tres horas a cambio de un sueldo? ¿Acaso la señora que lo cuida no le juega suficiente? ¿No recibe también un sueldo por esa labor? Lo que pasa es que el nene quiere jugar con la mamá. Y la mamá llega cansada del trabajo, con ganas de hacer zapping, y con la obligación de bañar a la criatura, calentar la comida y terminar algunos quehaceres. Pero, sobre todo, el problema es que a la mamá no le gusta jugar. Se aburre. Se harta. Prefiere hacer cosas de persona adulta. ¿Es una mala madre?

lunes, 9 de junio de 2008

Placer

Lugar público. Un niño hace un berrinche increíble. No es el nuestro. Alivio. Alegría. Placer sin igual.

domingo, 8 de junio de 2008

Respuestas rápidas a comentarios inoportunos (I)

Pregunta de alguien, cualquier persona, todos, a una madre que empieza a amamantar: “¿Y estás segura de que tenés buena leche?”.
Respuesta de una madre que empieza a amamantar: “No, algunas veces tengo mucha, pero mucha mala leche”.

jueves, 5 de junio de 2008

A ese chico le hace falta un límite

¿Saben qué? A ese chico le hace falta un límite. Es verdad. El pibe es insaciable. Nunca está conforme. Siempre quiere más. ¿Y adivinen de quién es la culpa? Obvio, de la mamá. Y, eventualmente, del papá. ¿Y qué quieren que haga? ¿Que empiece ahora? Ya está, tiene cinco años, no va a cambiar. ¿O sí? Pensándolo bien, tal vez todavía esté a tiempo... Bueno, empecemos ahora: te bañás a las 7 y media, comés a las ocho y te vas a dormir a las diez. ¿Estamos? No, parece que no estamos. Porque funcionó una vez y después se fue corriendo, corriendo, y otra vez son las doce de la noche y el nene está despierto mirando Los padrinos mágicos. Le hacen falta límites, sí. ¿Pero no se los puede poner otro? Porque da mucha fiaca.

miércoles, 4 de junio de 2008

¿Opacas o transparentes?

Ya sabemos que para ser mamá hay que prepararse. Y mucho. De hecho, te lo dicen todo el tiempo y en todos lados. Pero hay cosas para las que nadie te prepara. Por ejemplo: ¿por qué una vez que nace el bebé, la gente no te mira más? O peor: no sólo no te mira sino que te atraviesa con sus ojos como si fueras transparente. Pero si hasta hace dos días todos te preguntaban por tu estado físico y emocional. “¿Te sentís bien?”, “¿Comiste?”, “¿Querés que te traiga un almohadoncito?”. Y ahora, nada. O sólo “¿Cómo está la cosita?”, “¿Comió?”, “¿Hizo pis?”, “¿Hizo caca?”, “¿De qué color?”. ¿Cómo fue que el mundo cambió tan de repente? ¿O será que esos ocho kilos que se quedaron en la sala de partos te hicieron desaparecer de la faz de la tierra? Ahora, no sos más una persona con necesidad de atención, no. Ahora, sos un par de tetas que no merecen ni siquiera un vaso de agua. “¿Y qué querés?”, pueden decirnos. “Si hay una criatura desprotegida que acaba de salir a un mundo con inflación y conflictos con el campo… hay que ocuparse”. Lo que pasa, y lo que no entienden, es que esa criatura desprotegida sos vos. Porque el recién nacido, por suerte, tiene quién lo proteja. Consejo: hablá con dos o tres amigas y anoticialas de que todavía seguís existiendo. Pediles agua, milanesas para el freezer y una oreja para tu angustia puérpera. Eso es todo lo que necesitás.